Querido Yayo,
quien nos iba a decir que en menos de un mes, desde esta imágen, no estarias ya fisicamente con nosotros.
Cuando me llamó Angela, fue un duro mazaso, tenía esperanza, de que sirviera lo que me habian dado minutos antes, y te iban a llevar aquella tarde, pero no, fuimos nosotros, los que nos acercamos a acompañar a Maribel, y el resto de la familia, fueron unos momentos que no creí vivir jamas, pero Ellos saben que es lo que hacen, aunque no lo entendamos, y quieren lo bueno para Ellos mismos,
No he querido, ni me he atrevido a hacer esto antes, me lo pedía el cuerpo, pero no me sentía preparada, ayer ante nuestro Cristo, se que se nos pasaron muchos momentos e imágenes por la cabeza, pero que ya solo son recuerdos. Como esta imágen, que como otras cuantas, han quedado para el recuerdo de un Rocio, en el que solo habeis podido estar el mismo tiempo que nosotros, tengo que dar gracias por haber podido coincidir con vosotros ese día.
Van a ser momentos tristes los que se vuelvan a vivir por la hermandad, como en el Rocio, siempre con tu abierta sonrisa que te salia del corazón,.
Solo te quiero pedir, que ayudes a Maribel y tu familia, pero especialmente a ella, con la que estabas muy unido desde hacia muchísimos años, y sabemos que lo está pasando mal, aunque en momentos, ella se haga muy fuerte.
Un abrazo y siempre estarás en el recuerdo de cuantos te conocimos, disfruta de la presencia de nuestros titulares, e intercede ante Ellos, por toda tu familia y amigos que somos muchos.
Sevilla 22 de julio de 2013
